Últimamente varios niñ@s me han preguntado qué es la filosofía y en ese momento no he sabido darles una explicación suficientemente sencilla como para que lo entendiesen. Por eso, en este artículo me he propuesto explicaros a vosotr@s, niñ@s, qué es la filosofía, de la manera más sencilla que sé. A los niños que apenas sabéis leer, obviamente, es mejor que os ayude un adulto y a los que ya sabéis hacerlo con soltura, espero que os guste.
La filosofía es sobre todo una actitud, un comportamiento ante la vida, es hacer preguntas sobre todo aquello que nos rodea. El filósofo o la filósofa es quien filosofa, pregunta, investiga, indaga, “cotillea”...
En el artículo “los niños: nuestros pequeños filósofos” dijimos que la filosofía nace de la admiración, del asombro; cuando admiramos algo, cuando nos sorprendemos por algo, empezamos a hacernos preguntas. Por eso, en ese artículo dijimos que l@s niñ@s sois desde que nacéis pequeñ@s filósof@s, porque sois muy curios@s, queréis saberlo todo. Los adultos, en cambio, nos hemos acostumbrado a lo que está alrededor y hemos perdido nuestra capacidad de asombro. Pero vosotr@s no; muchas de las cosas que a nosotr@s nos parecen normales, a vosotr@s os sorprenden y preguntáis por ello. Sin daros cuenta, filosofáis constantemente. Si miráis a vuestro perro y os miráis a vosotr@s mism@s, os preguntaréis por qué ellos tienen cuatro patas; si en primavera observáis que se hace de noche más tarde, preguntaréis por qué ocurre o si se muere un vecino o un abuelo nos preguntaréis qué sucede cuando nos morimos.
La filosofía pone en duda todo lo que damos por hecho: todas las creencias, los prejuicios, todo aquello que os hemos dicho que creáis sin pensarlo, sin discutirlo. La frase “eso es así porque lo digo yo” es lo contrario del filosofar.
Ser filósof@ es como ser el o la detective de una película, es investigar, no declarar culpable al primer sospechoso, ni creer lo que parece evidente; sino ir más allá para descubrir la “verdad” de lo ocurrido.
Como dice la filósofa Victoria Camps “la filosofía ayuda a pensar”. Nos ayuda a decidir sobre cómo queremos ser, sobre la vida que queremos tener, sobre lo que está bien y lo que está mal...
La filosofía mejora muchas de nuestras habilidades o capacidades: ayuda a discutir, a argumentar, a convencer; a escribir, a organizar y a ordenar ideas; a expresarlas adecuadamente; a leer textos abstractos, complicados, llenos de palabras que no utilizamos habitualmente…
De la misma manera que ejercitamos nuestro cuerpo, también debemos ejercitar nuestro cerebro y filosofar es un ejercicio muy saludable, porque puede ayudarnos incluso a vivir mejor, ya que la filosofía trata sobre los problemas de nuestra vida. Al fin y al cabo, tod@s somos humanos y tenemos las mismas preocupaciones y leer lo que otr@s han pensado al respecto nos puede ayudar a pensar qué es lo que más nos conviene a nosotr@s.
L@s niñ@s desde muy pequeños estáis intrigados con vosotros mismos, con vuestro propio cuerpo, con vuestras habilidades, con la naturaleza, con los objetos, y por eso no necesitáis un entrenamiento determinado; sino que somos los adultos los que nos debemos entrenar para dirigir y estimular vuestra curiosidad y ayudaros a filosofar.
Los adultos tenéis una serie de indicaciones al respecto en el artículo "El arte de la conversación en la educación (Sócrates)" .
Alaia Saenz Orbe
Alaia Saenz Orbe
Soy Alaia Saenz, licenciada en filosofía por la Universidad de Deusto y profesora en educación secundaria. Pero sobre todo, soy madre de dos hijas y estoy preocupada por su desarrollo personal.
El hecho de ser madre ha cambiado mi foco de interés y por eso analizo desde la perspectiva filosófica temas relacionados con la crianza, basándome en los grandes clásicos de la historia.
También puede interesarte...