Niño filósofo pensando

La filosofía surge de la admiración, según Aristóteles. Al principio, de los sucesos corrientes cercanos y poco a poco, de los grandes problemas del universo; aunque seguramente ambos tipos de cuestiones estén interconectados. El problema es que aquello que nos rodea pronto deja de ser novedoso y digno de admiración y por lo tanto, perdemos la curiosidad y las ganas de saber.

 

Para Aristóteles es la curiosidad la que nos impulsa al conocimiento. Por lo tanto, el “filó-sofo” (amante de la sabiduría) será aquel que tenga capacidad de asombro y emprenda el camino de la curiosidad. Entonces ¿quienes son los grandes filósofos? ¿No os vienen a la cabeza unos locos bajitos entusiastas que preguntan por todo aquello que les rodea y no paran de asombrarse por aquello que a nosotros nos parece tan normal?

Efectivamente, los niños. Ellos son por naturaleza filósofos. Lo malo es que a medida que pasa el tiempo el mundo se convierte en algo habitual y deja de despertar asombro y curiosidad. Por consiguiente, si queremos que nuestros hijos e hijas “alcancen la sabiduría” o la busquen al menos, debemos mantener viva la ilusión y el ansia de saber de nuestros hijos.

En palabras de Francisco Mora, renombrado neurólogo, “la curiosidad, lo que es diferente y sobresale en el entorno, enciende la emoción. Y con ella, con la emoción, se abren las ventanas de la atención, foco necesario para la creación del conocimiento”.

En este caso, además, no es que tengamos que encender su curiosidad, sino que con no apagarla es suficiente. Por mucho que nos agoten con sus múltiples y, a veces, repetitivas preguntas, no es conveniente que les contestemos “¿otra vez?”, “porque sí” o “porque lo digo yo”.

Una vez que contestamos a su primera pregunta, solemos desatar una cadena interminable de preguntas y al final, podemos acabar hablando incluso sobre temas tan complejos como el evolucionismo o la muerte. Aunque no son capaces todavía de entender todo aquello sobre lo que preguntan, sí son mucho más capaces de lo que nosotros creemos.

Debemos tener paciencia y explicarles sin tabús aquello que les interesa de la forma más sencilla posible, poniendo ejemplos cercanos. Satisfagamos, pues, su necesidad de conocimiento y mantengamos encendida la llama de la curiosidad.

 

 

 


alaia saenz

Alaia Saenz Orbe

Alaia Saenz Orbe

Soy Alaia Saenz, licenciada en filosofía por la Universidad de Deusto y profesora en educación secundaria. Pero sobre todo, soy madre de dos hijas y estoy preocupada por su desarrollo personal.

El hecho de ser madre ha cambiado mi foco de interés y por eso analizo desde la perspectiva filosófica temas relacionados con la crianza, basándome en los grandes clásicos de la historia.



 

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Comentarios   

0 #2 Vacscom 15-05-2020 12:16
¡Me ha encantado! Por aquí me quedo. :lol:
V.Contreras Vacscom
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0 #1 Maje 05-05-2020 05:52
Ea ba barruan daramagun umea bizirik mantentzen dugun.
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